Iniciaron su andadura en 2007 y a día de hoy, además de las oficinas de Málaga, cuentan con delegaciones en Cádiz y Jaén con más de 100 trabajadores en plantilla. Ellos son el equipo de Herysan, empresa de obra pública y privada de ámbito familiar con una experiencia consolidada tras estos años de experiencia en el sector de la construcción. Cerraron el año pasado como «el mejor de su serie histórica» alcanzando una facturación cercana a los 30 millones de euros: «Tuvimos unos datos de contratación de obra nueva de 40 millones de euros, lo que nos permite contar con una cartera de obra ilusionante para los ejercicios de 2023 y 2024. De estos datos, en torno al 30% corresponde a obra pública y el 70% a obra privada», detalla algunas de las cifras el director general de Herysan, Juan Carlos Hervás.

La situación económica en esta empresa malagueña es «estable», pero reconocen que el sector está inmerso en un mercado con mucha competencia. «Tenemos un crecimiento de ventas muy significativo en los últimos años pero la competencia nos obliga a reducir al mínimo nuestros márgenes para poder ser competitivos. Por desgracia, una buena gestión no siempre conlleva un mayor beneficio. Por eso tenemos un plan de negocio a medio plazo que busca la diversificación hacia mercados más orientados al sector servicios, donde nuestra apuesta por la solvencia técnica y servicio al cliente pueda verse recompensada con una mayor rentabilidad», explica Hervás.

Esas situaciones en el sector hacen que las empresas abran la mente hacia nuevas formas de construir, algo que desde Herysan consideran un punto positivo, tal y como comenta su director general: «Porque no sólo hablamos de abrir la mente en industrialización o en el empleo de nuevos materiales, sino en la forma de trabajar con proyectos colaborativos desde fases iniciales, contratos a libro abierto... Y también poniendo el foco en la sostenibilidad con el ahorro energético y las energías renovables como puntas de lanza. Todo ello nos hace avanzar hacia un sector más profesionalizado y mentalizado en hacer las cosas bien».

Dentro de la búsqueda de profesionales se encuentran con «una tendencia negativa», revela Hervás. «Estamos sufriendo en lo que se refiere a la atracción de talento... Tanto a pie de obra, donde no estamos siendo capaces de cubrir con nuevas incorporaciones esas generaciones de trabajadores especializados; como de perfiles técnicos, donde podemos constatar que los nuevos ingenieros prefieren las ramas de informática o industriales antes que las de edificación, arquitectura o ingeniería civil. Debemos hacer mucho más para potenciar centros de información y para ilusionar a los jóvenes ingenieros».