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La ingeniería afronta con incertidumbre el próximo año. Con la evolución del IPC en 2023 y ante un enfriamiento de la economía y el riesgo de que la inflación subyacente permanezca alta el próximo bienio, mantiene sin saber por dónde puede salir esta temporada al sector del agua, energía e infraestructuras. Estas empresas se encuentran en un momento de duda, donde la edificación residencial, debido a la subida del Euribor, la inflación o el IPC producen que haya una bajada de la inversión, motivos que repercuten en el sector de la construcción.
Actualmente, arrastrados por la demanda de vivienda de nueva construcción así como la transformación de locales y similares para el mismo uso, hay momentos de gran actividad que estas firmas están aprovechando, aunque en contra reclaman una falta de personal formado que les impide crecer y satisfacer la demanda existente. Al mismo tiempo esto puede plantearse como una gran oportunidad para la creación de nuevas empresas que pueden aprovechar este momento, porque la estacionalidad de la construcción para los instaladores no sólo es la obra nueva, sino que su actividad principal es el campo del mantenimiento y mejora de las instalaciones, lo que supone un mercado mucho más estable.
