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El mercado de la automoción vive en un momento dulce tras años complicados como el pasado 2022, en el que se sufrió con la llegada de la guerra de Ucrania y desajustes como la producción de microchips, aumentos de costes energéticos, la inflación y las subidas de tipos de interés en España. Hay buenas noticias si se hace un análisis de los datos más recientes de las matriculaciones de vehículos en el país el pasado mes de agosto, por ejemplo, que crecieron un 8,3% respecto al mismo mes el año pasado. En total, en agosto se matricularon 67.423 coches y en los últimos doce meses se han vendido 1.086.552 coches nuevos, un 14,99% más que en 2022.
A pesar de las buenas noticias para el sector, están obligados a ser más competitivos por la transición a los vehículos eléctricos. Por eso mismo la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) y la Asociación Española de Proveedores de la Automoción (Sernauto), con la colaboración de la consultora KPMG, han elaborado el informe ‘Nuevos retos del sector de la automoción en España’, en el que abordan dónde deben invertirse los nuevos recursos con el objetivo de llegar con éxito al proceso de transformación tecnológica e industrial en el que está inmerso el mercado bajo una nueva política industrial.
